8 jul 2011

DIARIO MILITAR DE LA ULTIMA CAMPAÑA Y REPOBLACION DE ANGOL.



PARTE I

Creemos excusado hacer referencia del objeto que se propone el jefe de esta division, Sr. Intendente de la provincia de Arauco y teniente coronel D. Cornelio Saavedra bajo cuyas ordenes marchamos a la repoblacion de la antigua ciudad de Angol. La empresa es ardua y de incomparable trascendencia para el porvenir de Chile, y no dudamos que sera llevada a cabo y coronados los patrioticos y desinteresados esfuerzos del jefe iniciador de ella. Palpando estamos los beneficios que redundan a los propietarios de ultra bio-bio, por la parte de Mulchen, desde donde se instalo este fuerte y se fundo el pueblo de este nombre; y no hay duda que seran muy superiores los que reporten la repoblacion y fuerte de la ciudad de Angol. Nuestras camaras legislativas, conociendo la magnitud e importancia de esta obra, aprobaron en una de sus sesiones del presente año una partida del presupuesto del Ministerio de Guerra ascendente a cincuenta mil pesos para estos trabajos. La reconstruccion de Angol ha sido igualmente discutida por los principales periodicos del pais, y seria del todo inoficioso que nosotros quisieramos manifestar aqui su importancia suma cuando la mayor parte de los habitantes de la Republica la conocen demasiado.; nos ocuparemos solamente de sentar en nuestros apuntes todo aquello que tenga relacion con el ejercito, como tambien todas aquellas medidas que tienden a reglamentar el buen orden y adelanto de las operaciones, y por fin, todo aquello notable que pueda llamarnos la atencion por el tacto inmediato que tenga con los indigenas.
Nuestro diario principia el 22 de noviembre del presente año.

22 DE NOVIEMBRE DE 1862.

En este dia se dio la orden que insertaramos a continuacion por el comandante general de armas de la provincia de Arauco:
Orden general: el dia 25 del corriente, al toque de diana, se pondran en marcha para Nacimiento, y con el fin de unirse a la fuerza que debe marchar a Angol, el batallon 4º de linea y cuarenta y cuatro artilleros al mando del capitan de esta arma D: Jose Velasquez. A la misma hora saldra para Negrete con el mismo fin un escuadron de ganaderos a caballo al mando del teniente coronel graduado D: Jose Lucas Villagra, cuyo jefe general pasara a recibir ordenes de esta comandancia general antes de su salida. El otro escuadron del regimiento saldra para la plaza de Mulchen el dia 3 de diciembre proximo. La division destinada a ocupar Angol ira al ando del SR. Comandante general de armas, jefe del ejercito de operaciones. Las fuerzas de reserva se situaran en Mulchen y estaran bajo las inmediatas ordenes del señor coronel, comandante del regimiento ganaderos a caballo, D. Jose Toribio Pantoja. Los comandantes de los regimientos de caballeria civica de San Carlos, Santa Barbara, Pile, Picoltue y el de la compañia civica de Mulchen, se pondran bajo las ordenes del jefe de reserva con la fuerza de su mando, si la exigencia del servicio y seguridad de la frontera asi lo exijieren. Con anticipacion pediran los jefes de los cuerpos el numero de carretas necesario para transportar sus equipos y el de artilleria pedira a mas lo que necesitare para el transporte de municiones y maestranza. La compañia del batallon Buin dara diariamente, desde el lunes proximo, la guardia de prevencion y hospital, y el escuadron de ganaderos que marcha a Mulchen, dara la guardia de carcel hasta el dia 1º del entrante, que sera cubierta por el batallon cuvico de Laja. Nombrase primer ayudante de campo al jefe se operaciones de esta frontera al teniente coronel graduado D. Jose Maria Ruiz Anguita. De orden del jefe. Jose Maria Ruis Anguita.
Llego el dia 25, y en conformidad a lo prevenido en la orden general del dia 22, las fuerzas se prepararon a marchar. A las cuatro de la mañana la banda del batallon 4º de linea tocaba diana para la reunion del cuerpo y equipos, como estaba de antemano mandado. El pueblo de Los Angeles, tan escaso de bullicio y movimiento casi siempre, ese dia no lo habria conocido, porque en comparacion con su estado habitual era una Babilonia, materialmente hablando. El ruido de los caballos, el rodar de las carretas acompañado del cantar de los ejes, el movimiento continuo de los soldados con los equipajes de los oficiales, y ultimamente el habladero de las mujeres seguido de las discordias que precisamente acompañan estos actos, formaba una batohola verdaderamente militar. A las cinco desfilo el cuerpo mandado por su comandante accidental, sargento mayor D. Pedro Lagos, compuesto de diecinueve oficiales, incluso el jefe, y tresciento setenta y seis plazas. Se dirigio hacia el camino real que va a Nacimiento, y a las nueve y media de la mañana llego a la rivera derecha del Bio-Bio. Procediose inmediatamente al embarque de la tropa para trasladarla a la orilla opuesta, es decir, a la isla formada por la confluencia de este rio con el Vergara. Esta operacion fue de pocos momentos, y acto continuo marcho a las bodegas de Anfray, cuartel para su alojamiento.
El jueves 26 no ocurrio nada de que se pueda hacer mencion. Los oficiales se alternaban para pasar al pueblo de Nacimiento, y la tropa lo hacia en sus horas de diversion y descanso.
El viernes 27 a las seis de la tarde la banda del batallon 7º de linea y una parte del pueblo reunido en los suburbios de la poblacion, anunciaban la entrada del señor comandante general D. Cornelio Saavedra, el cual la verifico a esta hora acompañado de los ingenieros sargento mayor D. Jose Francisco Gana, capitan D. Benjamin Viel y su ayudante de campo D. Jose Maria Ruiz Anguita, dirigiendose a la casa del señor teniente coronel D. Bartolome Sepulveda, en donde debia hospedarse. En este dia se notaba en el rio Bio-Bio el movimiento continuo de lanchas, las cuales se hacian reunir y cargar para que estuviesen listar para partir por el rio Vergara para la antigua Angol, conduciendo un sinnumero de herramientas, equipos, pertrechos, cañones, viveres, etc. objetos todos indispensables para una empresa de este genero. El trabajo era dirigido por el gobernador de Nacimiento, sargento mayor de ejercito D. Matias Plaza.
El viernes 28 a las doce del dia, se hicieron a la vela las dos primeras lanchas que conducian las dos primeras huestes de la expedicion. Iban a cargo de ellas los oficiales Nieto y Gaona del 7º de linea, y conducuian los equipos y otros pertrechos pertenencinetes al ejercito. Como un acto de precaucion y prudencia de ordeno marchara en una de estas lanchas una compañia del 7º de linea, haciendose al mismo tiempo a los indios un propio para evitar que pudieran alarmarse. En ambas orillas de este rio de dejaba ver un crecido numero de gente que se habia apresurado a presenciar la partida de estas pequeñas embarcaciones. Un viento Norte bastante fresco favorecia la marcha de estas sin el menor inconveniente. En el dia, aunque cubierto de espesas nubes, se hacia sentir un calor tropical. A las tres de la tarde zarparon seis lanchas mas conduciendo igualmente pertrechos y algunos objetos de particulares. La balandra Aurora del Biobio y la Miñinco siguieron el mismo rumbo, yendo a cargo de ellas el ayudante del 4º de linea D. Lucio Martinez y teniente graduado Echanca, conduciendo entre otras cosas el equipo del comandante general de la division. Algunas ptras lanchas salieron despues cargadas de hombres y mujeres, como igualmente de muebles y utiles adecuados a aquellos lugares.
El sabado 20 llego el escuadron de ganaderos de que se hace mencion en la orden del dia 22 al mando de sumayor teniente coronel D. Lucas Villagra, y se les ordeno pasasen a acampar a Coigüe, punto avanzado de Nacimiento en el camino de este a Negrete. En la noche las bandas de musica sieron retreta al Sr. Intendente y comandante general de la division, y a las once y media de la noche cayo un pequeño aguacero.
El domingo 30 amanecio lloviendo bastante recio, y lamentababamos la mojada de las pobres mujeres que iban en aquellas lanchas tan incomodas, sin olvidar tampoco nuestros equipos que no llevaban mas cubiertas que el cielo. En este dia se anuncio que al siguiente emprenderiamos la marcha para el interior, pero no se sabia si se efectuaria por las pampas o por la orilla Sur del Vergara. Todo se preparaba.
DICIEMBRE DE 1862.
El lunes 1º de diciembre toco diana el 4º de linea a las tres de la mañana, segun se habia prevenido por la irden para que al tiro de un cañonazo se efectuara la marcha. Se ordeno pasaran el Vergara y formaran en columna de viaje en la calle principal del pueblo de Nacimiento. La columna se formo en el orden siguiente: 1º la artilleria; 2º, el 4º1 de linea; 3º, el 7º de linea al mando de su comandante accidental D. Joaquin Unzueta, compuesto por dieciseis oficiales, un jefe y doscientos diezisiete individuos de tropa; 4º el segundo escuadron de Granaderos a caballo, compuesto de nueve oficiales, incluso su jefe, y ciento cincuenta soldados; y 5º el escuadron de Nacimiento al mando del sargento mayor graduado D. Pedro Carte, compuesto de cincuenta individuos de tropa y dos oficiales. Emprendio el ejercito su marcha en buen orden, y comenzo a desfilar por la ciudad con una parte de la artilleria a lomo de mula, parque y todo el mateiral correspondiente, tomando la ribera sur del Vergara, pero por un camino bastante escarpado y cubierto de lomas y pequeños cerros. A las cinco de la tarde se ordeno acampar pertenciente al famoso Colima muerto en la campaña de 1860. En este mismo lugar y este mismo cacique hizo degollar veintidos soldados del carampangne que iban a incorporarse al cuerpo que estaba en Puren en 1835. A media noche hubo una pequeña alarma o movimiento en el campamento, provenido a consecuencia de haber mandado pedir el comandante general doce hombres armados para impedir algunos desordenes que intentaron varios indios en el rancho en que se habian alojado, perteneciente al cacique Renaicoleo, como a diez cuadras de distancia, debido a todo a la embriaguez a que son estos tan afectos.
El martes dos emprendio el ejercito su marcha a las seis y media de la mañana y en el mismo orden y llego a la orilla poniente del rio Reihue a las diez y tres cuartos. Poco antes de llegar a este lugar, tuvimos un momento precioso, de aquellos que alegran el corazon y dan libre curso al pensamiento. Se nos presentaron a la vista los hermosos llanos de Angol e igualmente los pocos escombros de la antigua ciudad, lugar que iba a ser nuestra residencia, y la de nuestras pequeñas glorias y de nuestros momentos de placer militar, y ultimamente, de nuestros esfuerzos y trabajos para alcanzar lo que obtuvieron nuestros antiguos subyugadores.
La ciudad estaba fundada en un lugar amenisimo y abundante. Su situacion era entre dos rios navegables hasta sus muros, el Reihue y el Malleco, que forman su confluencia ahi mismo y en el vertice del angulo que forman dichos rios se hallaba la ciudad, quedando de este modo favorecida por el norte y poniente. A su frente se ven los vastos llanos de Angol, a los cuales dominaba el fuerte que alli existia. Estos rios la hacian capaz de ejercitar un vasto y activi comercio, y le proporcionaban los socorros necesarios en caso de un asedio. Como dice la historia Pedro de Valdivia fundo esta ultima ciudad en Encol el año de 1553, en un fecundo terreno que da excelentes vinos, y a la fecha se ven inmensas viñas y de muy rico sabor. Le, sin penetrar lo futuro, el nombre de ciudad de Los Confines. Fue muy comercial y rica; sus vinos se conducian a Buenos Aires por un paso que deja aqui la cordillera. En la enciclopedia esta descrita bajo el nombre de Angol, que le fue dado enseguida por los españoles como una ciudad existente.
El 22 de noviemdre de 1598 el toqui Paillamachu, heredero del segundo Ulharomapu, sorprendio al famoso general español Loyola, matandole y estrechandole por el asedio a las ciudades de Osorno, Valdivia, Villarica, Imperial, Cañete, Angol, Coya y la fortaleza de Arauco; paso el Biobio y quemo las de Concepcion y Chillan; volviendo a su patria victorioso y cargado del botin; y todo esto se verifico en el corto tiempo de cuarenta y ocho horas, Pedro de Viscarra oficial antiguo y de setenta años de edad se puso en marcha y recogio los habitantes de Angol y Coya a vista de las huestes enemigas que las sitiaban. Con estos habitantes logro el aguerrido militar repoblar a Concepcion y Chillan.
He aqui todas las luces que nos proporciona la historia sobre la antigua Angol, deduciendose que evidentemente a la fecha hace doscientos setenta y cuatro años que yace sepultada en sus ruinas; a nosotros toca ahora hacerla revivir para las generaciones venideras.
Siguiendo el curso de nuestra narracion, interrumpida por efecto del pensamiento y el recuerdo de los acontecimientos pasados, diremos algo sobre los caciques e indios que vinieron a visitarnos en este dia tan pronto como supieron de nuestro arribo, a las doce del dia se presento el cacique Juan Trintre, acompañado de algunos otros y de algunos mocetones e indios. Estos son los principales propietarios de Angol. El Sr. comandante general de la division los recibio con bastante cariño y amabilidad, haciendoles comprender que su objeto al arribar a aquellos lugares, no era otro que fundar un pueblo en la antigua Angol para favorecerlos de los malones de sus enemigos, como igualmente proteger sus propiedades. Les manifesto que no debian alarmarse bejo ningun aspecto; que si recibian algunos prejuicios de parte de la tropa, el estaba pronto a indemnizar su valor, ya fuese en dinero o en grano que ellos debian cosechar, obteniendo el beneficio de darselo o devolverselo cosechado; que esperaba que ellos le cediesen, ya fuese vendido, prestado o arrendado el terreno necesario para poder instalarse con su gente; que al mismo tiempo necesitaba madera y esperaba que ellos le permitiesen el labrado de esta. Al principio se mostraban obstinados y no cedian; pero uno expuso "ya tienes a tu gente aqui y nosotros ¿que podemos hacer? quedate con ella y traja no mas". Estas palabras parece que convencieron a los demas aunque en el semblante pensativo y la mirada siniestra dejaban facilmente comprender su disgusto cerca de lo que se les exigia. Es facil de notar que el indio es hasta cierto grado superticioso en todo lo que le toca a tierras y animales. Entre ellos mismo se observa que el indio de una reduccion, si pasa por los terrenos de otro sin avisarlo es perseguido de muerte. Ahora nosotros, que para ellos somos extranjeros, ¿con que doble razon no se resintirian al aparecernos alli de repente talandole sus pastos y cegando sus arboles para nuestras habitaciones? No hay duda que el barbaro sufre, sea cual fuere la razon que nos asista; estando condenado por su retroceso y desapego a la civilizacion a pasar por acontecimientos semajantes a los que palpamos en la historia de aquellos remotos tiempos.
Concluida la conferencia o parlamento, como ellos le llaman, en que quedo acordado que el comandante general los invito para el domingo 7, o mas bien para pasado cuatro lunas (como entre ellos es costumbre) para que asistiesen a la primera misa que debia decirse en aquel lugar y pidiesen a Dios por la paz y la union. Enseguida se les hizo tocar las bandas de musica y se retiraron muy contentos. En la tarde llegaron otros caciques e indios a saludarnos. Tambien les hicimos tocar bandas y los distinguiamos con agasajos y demas demostraciones de aprecio, como igualmente darles la mano, de lo contrario se disgustan. La balandra Aurora del Biobio llego este dia, siendo la primera que cruzaba las agus del rio Reihue flameando el pabellon nacional al tope del palo mayor.
El comandante de la division acompañado de los demas jefes e ingenieros paso la tarde a la antigua ciudad para reconocer los escombros y ver el punto mas adecuado para instalar el campamento. Este mismo dia tuvimos de visita dos caciques bastante famosos: Trango y Mareo de las alturas de Huequen . En la noche salieron las guardias al frente y se paso sin novedad.
El miercoles 3 como a las siee de la mañana, a los que permaneciamos en los brazos de morfeo, nos sorprendio un fortisimo sacudon de tierra, el cual nos hizo pensar hubiera causado males a las poblaciones del norte. En cuanto a nosotros, estabamos seguros que ningun mal podria prevenirnos, porque la arquitectura y la contruccion de nuestros edificios no corria ningun peligro.
A las diez de este dia hubo un mvimiento general en el campamento, dejandose oir voces de correr a favorecer a unos soldados del 4º que se ahogaban. Pedimos nuestras cabalgaduras y nos dirigimos al punto de peligro. La Aurora del Biobio se hacia tambien a vela en la misma direccion. Llegados al lugar en donde sucedia la catastrofe, causa de aquel unisono movimiento, se nos presentaron a la vista unos cinco soldados y cuatro mujeres que los disputaban las corrientes del rio Reihue, a consecuencia de haberse cortado la vela que sirve para jalear las lanchas en las correntadas y lugares innavegables a vela y palancas. Se habia esta estrellado en un pequeño promontorio de olecones formado en el mismo rio, y los infelices habian caido a este; pero como el auxilio fuera tan eficaz, se evito toda desgracia y pudieron salir ilesos de toda contusion y herida. No sucedio lo mismo con el agua que debieron beber, porque lo dejaron de hacer por cuatro dias consecutivos. (continuara)

2 jul 2011


ANGOL
LA ÚNICA COLONIZACIÓN CON CHILENOS DE LA HISTORIA DE CHILE.



La colonización puede definirse como un sistema de poblamiento de carácter oficial, inducido y patrocinado por el Estado, que procuraba dejar territorios "vacíos" en manos de personas que quisiesen explotarlos. En la Araucanía, la colonización fue mayoritariamente realizada por colonos extranjeros, suizos, alemanes, franceses, belgas, italianos, que eran reclutados principalmente en Europa. Sin embargo, se realizó con anterioridad a ello un proceso con colonos nacionales provenientes de Santiago y Valparaíso.
    Los Llanos de Angol y Huequen.
Cuando Cornelio Saavedra se apodera de la región de Angol, se exteriorizó un debate acerca del lugar más conveniente para la nueva población. La discusión se centraba en dos puntos. El tradicional asentamiento de las antiguas ruinas de Angol, lugar apropiado para una gran población, apto topográficamente no presentaba irregularidades y tenía fácil acceso tanto a combustible, como al agua para la subsistencia. El único inconveniente era que no servía para la defensa ante un eventual ataque mapuche, por ser una explanada al descubierto. La otra opción era un terreno ubicado a algunas leguas de allí, en la confluencia de los ríos Rehue y Picoiquen. De plano elevado e irregular era pequeño comparado con el valle, pero permitía dominarlo y quedaba la ciudad fortificada ante cualquier ataque indígena. Por esta razón de defensa se prefirió este lugar, que constituye actualmente su casco antiguo y que delimito la ciudad en sus primeros seis años de existencia.
La primera población de Angol queda entonces frente al valle, y con el río Rehue (Vergara) como línea divisoria. El territorio que seguía al traspasar este río quedó consignado en los documentos oficiales y en el vulgo de la época como los llanos de Angol y Huequen, región fronteriza, no sometida al Estado Chileno en los primeros años de vida de Angol.
Esta localización, sin embargo, no era del agrado de sus primeros habitantes como nos consigna la sección de comunicados del diario penquista “La Tarántula”. fechado en abril de 1863; el remitente, con el seudónimo de“Un Angolino Moderno”, nos explica: “Cuando he oído en los diferentes corillos que regularmente se forman para criticar las acciones de todos, criticar la mala elección que tuvo don Cornelio Saavedra para preferir el lugar de Picoiquen al de Angol, creía que todo era exageración y la mala voluntad que a este caballero le tienen todos los habitantes de la provincia que tiene la desgracia de ser gobernada por el, era lo que hacía que lo calificaran de inepto; Más ahora que he visto la tan cacareada población, que para mayor vergüenza se le ha puesto como nombre Angol, veo que lejos de decir la verdad le favorecen, pues el punto donde se ha formado el pueblo no es de ninguna importancia, ya sea considerado como simplemente pueblo, como punto avanzado contra los indígenas, o como adelanto de Frontera. No sirve para pueblo, porque ha sido fundado en un terreno arenoso, cuyo polvo es tan sutil que no hay gasnate que no este impregnado de él, y es tan fácil de levantarse que el más débil soplo de viento forma una gran polvareda, y como todos los días que no llueve sucede esto, con razón los oficiales de la fuerza que hai ahí destacada le han puesto el nombre de ‘infierno’ y a los remolinos el de ‘diablo’...
No es a propósito como punto avanzado contra los indios, porque esta mui apartado de los lugares donde estos pueden pasar el Malleco a hacer sus escursiones, que las harán sin ninguna novedad hasta Nacimiento, particularmente en el invierno, época en que el río Reivo (Rehue) no es vadeable.
No es un adelanto de Frontera, porque ha sido hecho en terrenos de indios españolizados, casados con españolas y ciudadanos activos, y mui inmediato a la hacienda del comandante Sepúlveda poblada toda de españoles. No es adelanto de Frontera, porque los indios no vivirán en Angol siempre, pues tienen el río Reivo de por medio que es lo que ellos buscan para separarse de los españoles.
Ya que he hablado de las desventajas del punto donde se formo el pueblo de Picoiquen alias Angol, voi a hablar a la lijera de las desventajas que se han perdido con no haberse edificado la antigua ciudad de Angol.
En primer lugar el terreno es inmejorable, tanto para las construcciones de edificios como feraz por sus producciones, encontrándose todavía los cimientos antiguos sobre los cuales era fácil haber fabricado. Como punto avanzado sobre los indios tiene una gran superioridad sobre aquel, puesto que tiene todo el litoral del Malleco libre para poder cortar a estos si se atreven a pasar este río. Y finalmente como adelanto de la Frontera se habría hecho mucho; porque como he dicho ya, a los indios les gusta poner siempre un río de consideración de limite entre los españoles y ellos, y no habiendo otro que el Cautín, se habrían ido a la parte sur de este río, es decir, como a cincuenta leguas al sur... “
El autor de estas opiniones parece ser a primera vista un partidario del gobierno liberal, opositor de Saavedra y un conocedor de la Frontera. Nos parece que posiblemente sea un oficial de ejército vuelto a retomar sus funciones, ello se denota en los conocimientos de estrategia que evidencia. Además, sus opiniones no son tan ajenas a la realidad, otras fuentes como el diario militar de la repoblación de Angol de 1863, también coinciden en las desventajas del lugar pues: “el trabajo se hace mui pesado al soldado por el fresco viento que diariamente se deja sentir, levantando una polvareda que impide la diaria faena de este.”
Pero sin duda lo más destacable es que el “Angolino moderno”, parece representar una camarilla de descontentos con la nueva fundación. Lo más factible es que sean los continuadores más poderosos de la infiltración espontánea, por lo común ricos terratenientes vinculados a altos cargos del ejército que aprovechaban su poder. Este grupo de dominio, no aceptaba el atraso de los planes de ocupación por un asunto de seguridad, miraban con avidez los llanos de Angol y Huequen, como punto avanzado y como adelanto de Frontera.
Sin embargo, por sobre estas razones aparentemente solidarias para el progreso del país, prima el interés por explotar rápidamente esas tierras a las cuales atribuían una diferenciación con el sector donde se fundo la ciudad, con una acertada fertilidad en sus suelos ya sea para la agricultura o ganadería. La maquinaria capitalista comenzaba rápidamente su marcha en la Araucanía, y afectará como veremos el poblamiento de los primeros mestizos que se asientan en la ciudad.

La Colonización de los Llanos de Angol y Huequen.
Poco a poco la presión por adquirir los terrenos indómitos frente al río Rehue (Vergara) se fue haciendo patente, no solo por quienes deseaban adelantar la Frontera, sino por los que ya en forma abierta querían usufructuar esas tierras y pedían la ocupación más efectiva. La prensa de la época nos entrega valiosos detalles de esta idea que va tomando fuerza. En la correspondencia del periódico “El Meteoro” de Los Ángeles año 1866, se lee el siguiente articulo: “Los Pueblos Sin Agricultura No Pueden Subsistir.- Angol pueblo que solo cuenta con tres años de existencia, tiene edificios de valor, una población de más de dos mil personas; si no se toma medidas enérjicas, va a sucumbir en su nacimiento; tiene terrenos feraces a su derredor, pero pocos son los que se atreven a trabajarlos por la inseguridad que existe... que venga a residir entre nosotros un jefe superior con facultades extraordinarias para que haga una guerra continua a los ladrones por abigeato; así se poblaran y trabajaran los campos ” Un nuevo antecedente se agrega a lo ya expresado. La idea de seguridad es un discurso que tenían bien asumido las autoridades para disfrazar sus ulteriores fines. Como se aprecia, los círculos de poder han ganado adeptos en la prensa y se declaran abiertamente partidarios de la pronta ocupación para la agricultura, esos “terrenos feraces” hacía tiempo ya que estaban en la mira de los terratenientes fronterizos.
Otra opinión en este mismo sentido la encontramos en el periódico penquista “El Correo del Sur”, del año 1863 en donde se reproducen las opiniones de Manuel Thomsom, Jefe de la expedición exploradora del río Biobio y sus afluentes, quien nos señala: “En cuanto a Angol no falta quienes aseveren que este establecimiento no es el centro avanzado de la civilización, por cuanto no corresponde lo bastante a su principal objeto, de proteger y promover la colonización de sus alrededores. Hasta ahora al menos, parece que no se han emprendido labores agrícolas en esas regiones, limitándose las expectativas de los habitantes de Angol al circulo estrecho de las ganancias ofrecidas por el numero de tropas allí estacionadas, o cuanto más, a transacciones con los indígenas...
Como quiera que sea el hecho es que la colonización en la verdadera acepción de la palabra no existe en la nueva Frontera, i que la agricultura no podrá aclimatarse en sus campos feraces mientras se retarde por mucho más tiempo el complemento indispensable de los trabajos ejecutados hasta la fecha... sin la completa seguridad no es posible el cultivo de la tierra, sin agricultura no hai verdadera civilización y reducción de la Araucanía.”
Aquí se vuelve a reiterar la idea del desarrollo agrícola para evitar que la nueva ciudad se desvanezca. Esta opinión, Thomsom debe haberla captado de boca de los angolinos, de ese grupo que presionaba por la ocupación. No es menos cierto que su informe pasado al supremo gobierno de la época, y unido al plan de Cornelio Saavedra debe haber influido en los planes de la colonización de los llanos. En este contexto se dictó la ley del 4 de diciembre de 1866, que si bien se creo para regular los problemas que habían surgido de la venta y arriendo de la propiedad indígena, era un impulso para la colonización. Sin embargo, el estado de los títulos de propiedad se encontraba en tal grado de desorden, que hubo de apresurar la colonización con el decreto supremo del 8 de abril de 1868. Entre sus principales disposiciones destacan:
Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen. Una hijuela de veinte hectáreas cuadradas de terreno plano y de riego al padre de familia y de diez hectáreas más a cada uno de sus hijos varones, mayores de catorce años. Si en la hijuela hubiera una parte de terrenos de lomas, se concederá una extensión de éstos doble de la anterior. Los auxilios necesarios para costear sus gastos de desembarque en Talcahuano o Lota, y los de conducción con sus equipajes hasta la hijuela que se le designase en la colonia; Habitación gratuita desde el día de su desembarque hasta que la autoridad ponga a disposición del colono su hijuela respectiva;

Un diario en dinero para ayuda de la mantención de cada familia por el mismo tiempo. Este diario será de treinta centavos para el padre y doce centavos más por cada hijo mayor de diez años;

Una pensión de quince pesos mensuales para cada familia por el término de un año, contado desde que se establezca en su hijuela; Exención por el término de veinte años, del pago de la contribución agrícola, de alcabala y de patentes.”
Lo que se puede deducir del análisis de estas disposiciones es que el gobierno quería no solo que la colonización fuese realizada por colonos nacionales; sino dar la oportunidad a las clases más bajas del país a fin de que forjaran un destino, lo cual explica las exenciones y los subsidios que recibirían para establecerse. Había gran expectación en la Frontera por esta colonización, la prensa nos entrega innumerables datos, al respecto “El Meteoro” informa el año 1868 que “Los colonos que estaban en Nacimiento ya han llegado i les están entregando sus hijuelas en el llano de Angol viejo en la ribera sur del Malleco entre los ríos Picoiquen i Huequen. Si los colonos entienden de agricultura pueden transformar este llano abandonado en un vergel.”
El Fracaso de la Colonización.
Sin embargo, ya establecida esta colonización fracasa a los pocos años de su implementación. Las autoridades de la época y los historiadores que han estudiado el tema, achacan estos malos resultados al carácter de los mestizos que llegaron a poblar.
En este sentido es la opinión de Tirso Rodríguez, Jefe de la comisión de Ingenieros, informe pasado al supremo gobierno el año 1875, quien además de la falta de agua para regar las siembras de ese año, y la inseguridad, critica que: “ a las colonias no deben venir sino hombres casados i agricultores o con algún otro oficio que pueden ejercer en estos lugares los días que no tengan trabajo en sus propiedades; i no marineros, mineros, gañanes i gente sin ocupación alguna, sin idea de trabajo ni de ahorro, que el día menos pensado, como buenos aventureros, emprenden marcha para otro lugar.”
El historiador Tomás Guevara esta de acuerdo con lo anterior y en su análisis acerca del fracaso nos dice que, “se entregaron a estos colonos nacionales 43 hijuelas en los llanos de Angol y Huequen. Pocos meses habían transcurrido cuando varios de los dueños de las porciones divididas comenzaron a fugarse. En mayo de 1870, quedaban 25 lotes ocupados por estos primeros poseedores. El desbande continuó; Algunos colonos abandonaban lisa y llanamente sus posesiones y otros las traspasaban a terceros, que se hacían responsables de las deudas en dinero que por auxilio de instalación habían contraído concesionarios, ascendentes a veces a la suma de 300 pesos.”
Isidoro Errazuriz, estudio también el tema y en su exposición comenta que“seria labor perdida echarse a buscar en la vega del Malleco las huellas de la primera colonia nacional, como habría cruel injusticia en achacar a los malos hábitos o al espíritu inquieto de nuestros pequeños cultivadores el fracaso de la bien intencionada tentativa. El hecho es que la colonia quedo reducida a decreto i a plano, lo que no impidió que las tierras salieran del poder del Estado. Solicitantes de hijuelas hubo en gran numero i infortunadamente fueron palos blancos, tras los cuales se escondían para aparecer oportunamente tres o cuatro individuos autores de semejante tramoya.”
Como vemos la mayoría de los autores culpan del fracaso colonizador al carácter de los mestizos, los tildan de irresponsables, de tener oficios inadecuados, de abandonar las hijuelas, entre otras causas. Solo en Errazuriz se vislumbra una razón diferente pero no esclarecida del todo aun, eso de “palos blancos”, pero ¿de quien o quienes? De nuestras propias indagaciones acerca del tema y recurriendo a la prensa de la época, que usualmente era interceptada, hemos descubierto interesantes e inéditos detalles. Las órbitas de poder que querían ocupar las tierras y que habían desde la fundación de Angol presionado para ello, veían que sus anhelos se hacían carne en la plebe. Pero si el gobierno había confiado la colonización al pueblo mestizo que hacía su aparición en la región, bien pronto esta primacía les será arrebatada por otros medios. Esta idea se ve favorecida por lo que ya sospechaba “El Meteoro”, en 1868 “... los serviles trabajos de algunos ignorantes personajes que, aunque pobres y necios ahora aparecerán algún día, no mui lejano con opulenta fortuna. De otro modo... ¿Cómo poseer algunas miles de cuadras de feraz terreno cerca de Angol, para con su producido librarse dentro de pocos años de la miseria? ¿Cómo sembrar trigo, papas, arbejas, maíz, fréjoles y comprar animales por ínfimo precio si los que engordan vendrán a enriquecerse así, si no fuesen secretamente o de manera extraña protegidos por sus superiores. Es cierto que muchos empleados públicos se ocupan de negocios agrícolas y son ajionistas... más como ellos, por sus mismas manos no desparraman el trigo” La prensa fronteriza de oposición, hacía de esta forma un abierto reclamo a ciertas irregularidades que estaban sucediendo con los colonos de las hijuelas de Malleco y Huequen. Estas sospechas recaían en los superiores de la oficialidad que aprovechaban tradicionalmente de su poder, que en la incipiente localidad fronteriza sin duda que pesaba, oprimiendo al mundo mestizo en la explotación de la tierra.
La ruina de la clase popular estimamos fue producida desde arriba; el mestizo fue barrido sistemáticamente de estos llanos, sus cosechas fueron segadas por la soldadesca, o sus caballos, la idea era arruinar a los nuevos y pequeños propietarios. “El Meteoro” y su corresponsal en Angol se quejaban en 1869 de la intercepción del periódico, algunos no querían que se revelaran sus intenciones. Por supuesto, si allí,“Tanto el poblador urbano como el rural encuentran a cada paso frustradas sus más lisonjeras expectativas por ordenes emanadas de las autoridades gubernativas o militares (porque aquí todos mandan); ... Llega la cosecha y los pobres agricultores que ni aun la semilla obtienen del sudor de un año de trabajo, se ven impedidos, no digo para vender, ni aun para guardar una pequeña carretada de paja, tan necesaria en el invierno para sus cabalgaduras, porque se ha dictado una orden superior (y esta se estiende como a tres leguas de circunferencia) para que todos los cosecheros cedan, sin remuneración ninguna, toda la paja que tengan para el Gobierno (por el gobierno se entiende a todos los jefes y oficiales); y a cuyo efecto dos oficiales del ejército se ocupan de recorrer las eras imponiendo la lei. Algunos pobres tienen que valerse de la oscuridad de la noche para guardar una carretada de paja, o más bien dicho, para robarse a sí mimos; y aun así son detenidos. ¡Oh! Siglo XIX!!”
Hacia 1870 la prensa daba cuenta de lo que realmente había ocurrido con las hijuelas de Malleco y Huequen,“En marzo o abril últimos ordenó el Intendente la delineación de una población al oriente de río Picoiquen a la orilla norte del camino que conduce a Huequen. Se alcanzaron a repartir unos veinte sitios, cuando se le ocurrió a don José Manuel 2° Pinto una expectativa que alagaba, en parte, su porvenir. Expectativa que nacía de la rápida importancia que se iba acrecentando, en esta población. Así vimos, de un instante a otro, transformados muchos de aquellos sitios en una solo hijuela de 55 hectáreas llamada quinta del señor Jeneral i que el ingeniero paso a entregar. Esta primera hijuela se estableció en aquel lugar casi desierto, como un gran pez que fija su residencia en un riachuelo donde todos los de su especie son menores i ahí se regala con sus semejantes, hasta verse grande, hermoso i satisfecho. Poco más, poco menos ha sucedido con la primera quinta de don José Manuel 2°. Había colindantes a esa quinta varias otras de colonos que, han tenido la amabilidad de traspasar sus derechos a favor del feliz don José Manuel 2°. Tenemos que la quinta pez se ha tragado a otras más pequeñas siendo: 1° La hijuela num. 23 de Nicolás Aguilar fue transferida a don José Manuel 2° por decreto de la intendencia del 23 de Julio del presente año. 2° La numero 24 de Manuel Jesús Sanhueza por decreto de la Intendencia de 21 de Junio. 3° La numero 25 de don Pedro Antonio Guiñez, decreto de la Intendencia de 13 de Abril.
He aquí la forma de esos decretos: Se autoriza la transferencia que pretende hacer el colono Nicolás Aguilar de la hijuela numero 23 que le ha correspondido, aceptando la responsabilidad de don José Manuel 2° Pinto, constituido colono, desde esta fecha...”
Queda así consignado el paulatino despojo que sufrió la población mestiza destinada a colonizar esta área. Los pocos que se asentaron finalmente en Angol fueron relegados a los suburbios del Norte de la ciudad, que desde sus inicios tuvo que cobijar a los individuos del bajo pueblo, que vivían en constante opresión, como nos informa en 1887 “El Colono”, que “... un gran número de jente pobre que se dedicaba al cultivo de hortalizas en pequeñas propiedades que poseen a los largo del camino denominado el “cañón” a la salida del pueblo, se encuentran en una situación angustiada por habérseles prohibido estraer un insignificante hilo de agua de la que en exceso viene a la población i que les servia para regar sus reducidos plantíos. Por este motivo se han cruzado de brazos sin hallar que hacerse Aunque como veremos más adelante los sujetos populares se extenderían por toda la ciudad.
En cuanto a los nuevos propietarios de las hijuelas, los ricos terratenientes derivados de la administración fronteriza, llevaron a cabo una campaña de desprestigio de los terrenos. En efecto, estudios posteriores como el de Raimundo Ansieta practicado en 1870 nos señalan que “La cadena de cerros que forman la cordillera de Nahuelbuta es de formación primitiva de rocas... que los terrenos de aluviones que forman sus pendientes i valles al oriente hasta la longitud de Cancura se componen de arenas resultantes de la destrucción de dichas rocas i de la arcilla desleída por la acción de las aguas de ríos i vertientes son arrastradas por las pendientes hasta que se establecen en un nivel más o menos horizontal formando así el lecho que constituye el llano de Huequen, cuyo terreno superficial es lo que los agricultores llaman trumaos. Estos terrenos generalmente lavados i pobres son susceptibles de todas las clases de producciones agrícolas que se cultivan en el país, pero la planta es poco corpulenta i el fruto mezquino.”
Estos planteamientos son erróneos, si consideramos el microclima de la región, la gran fertilidad de estos terrenos, y que es ocultada en los documentos oficiales obedeció posiblemente a eludir un posible interés de parte del gobierno; futuras tasaciones o remates como el efectuado el año 1873. La fertilidad de los llanos de Angol y Huequen se hace patente aun cien años después, pese a su incesante producción anual de hortalizas, análisis de suelos efectuados en 1965 por la Escuela Agricola EL Vergel nos dan cuenta de que sus suelos son“aluviales planos en los alrededores del río Malleco, con un 2 a 3% de pendiente, no alcalinos, buenos drenajes, origen aluvial, color amarillento, café, negro cuando esta húmedo, barroso y granulado, no calcáreo, rico en material orgánico; muy bueno para ser cultivado.”
De esta forma tenemos pues, el cuadro completo de la desolación que tuvo que afrontar el mundo mestizo ante la experiencia de colonizar los llanos de Angol y Huequen. Estimamos que la solapada opresión de parte de la autoridad, será un sesgo característico de la dinámica fronteriza en desintegración.
LLANOS DE MALLECO, SECTOR SANTA ELENA AÑO 1884