1 nov 2011

LA PILA DE LOS DESEOS.




Nuestra querida Plaza de Armas ha sido en toda su historia una oda al romanticismo, el escenario perfecto para amores y desamores, los más intensos giraron por más de 50 años en torno a una mágica fuente…
En sus inicios, la Plaza no pasaba de un potrero en donde se estacionaban los caballos y carretas de viajeros y soldados, en 1871 cuando Angol es declarada ciudad comienzan los arreglos por orden del Alcalde Manuel Bunster: se instalan escaños, se cierra con una reja y en su centro se construye una rudimentaria fuente, se instalan arboles extranjeros, se construye un tabladillo de madera donde los militares tocaban retretas todas las tardes desde las 19:00 a 22:00 horas; eran piezas de música clásica, habaneras, vals, marchas, que hacían gratos los paseos de las parejas de la época. Este galpón de madera, servía para las operas que se presentaban de cuando en cuando, y para los remates de caballos y animales.
El día 15 de febrero de 1886 la plaza pasa a llamarse "Benjamín Vicuña Mackenna". En 1896 fue embellecida con una pila del marmolista y escultor italiano Luis Barchi compuesta de tres fuentes superpuestas y tres sirenas en su parte inferior, se corrió el rumor de que lanzar una moneda en sus aguas aseguraba el deseo concedido…


En 1911 se encarga un nuevo diseño al criadero de arboles el Vergel, quien la circunda con una doble hilera de tilos: Tilo común, y Tilo Plateado, en su interior un hilera de Olmos Pendula, y varios arboles extranjeros en cada esquina: una Haya, un Magnolio, un Cipres de Lawson, un cedro del Libano, un Cipres, una Magnolia Japonesa, una Araucaria Brasileña, un Abeto Español y un Maiten. El Alcalde Víctor Villouta se preocupo de la Plaza, hermoseándola y donando su sueldo para su ornato. En 1942 inaugura el actual quiosco. En 1953 se construye el espejo de agua y se rodea con cuatro esculturas que el chileno Virginio Arias había esculpido en 1892 para un particular.


Desde entonces es un enigma lo que ocurrió con la Pila de los deseos, desapareció misteriosamente sin que hasta el día de hoy se sepa su paradero… si se desmantelo o se vendió no quedan registros. Creo que hoy iré a la Plaza a pedir un deseo…