La Historia de
Angol ha estado particularmente unida a la de Carabineros de Chile, en su
origen y en sus mártires. De su origen es necesario decir que se debe en gran
parte a la acción del Capitán Hernán Trizano, quien como Comandante de la
Policía Rural y Urbana, desarrollo desde 1885 y hacia 1890, valerosas acciones
contra los bandoleros que asolaban la ciudad y los campos vecinos.
Posteriormente en 1896, las Policías Municipales pasan al Fisco, y ese mismo
año Trizano dio forma a los Gendarmes de las Colonias con radio de acción desde
Temuco a Chiloé, y fueron estos Gendarmes los que se unieron en 1903 al recién
creado Regimiento de Carabineros. En 1908 se crea la Escuela de Carabineros. En
1924 se unifican las Policías y en 1927 se fusionan las Policías Fiscales con este
Regimiento, dando vida a Carabineros de Chile.
Desde estos
antiguos orígenes, Carabineros comienza
a tejer una relación de cercanía con el pueblo, especialmente en instancias de
desgracia para la Institución. Ocasiones en que la muerte tocaba a un
Carabinero en servicio. Celebre es la frase del General Bernales “Cuando se
mata a un Carabinero se está matando el alma de Chile” Son los mártires quienes
perpetuán la leyenda de dar la vida por la Patria, el Primer mártir se registro
en Santiago, ciudad acostumbrada a ese tipo de hechos, no por ello el suceso
causo conmoción en la capital.
En Angol se
forjó la leyenda del 2° y 3er mártir, los primeros mártires de la ciudad y de
Carabineros, un 25 de noviembre de 1927 caen criminalmente asesinados los cabos
2dos, Francisco Riquelme y Ricardo Cerna. Una serie de robos venían
sucediéndose sin que sus autores fuesen habidos, la Jefatura de Carabineros de
Angol encargo la investigación a los cabos Riquelme y Cerna, acompañados del
Carabinero Hipólito Navarrete. Ese día vestían de paisanos a fin de no ser reconocidos,
sus pericias los llevaron a una casa de calle Maipú, advirtieron que había dos
desconocidos en su interior y sus caballos desensillados en el patio. Entraron
y apresaron a los sujetos, en el momento de traspasar el umbral de la puerta
uno de ellos se volvió rápidamente y disparo en pleno corazón del cabo
Riquelme, quien aun así saco su revólver y fue en persecución de su asesino,
disparando dos tiros sin éxito, cayendo 50 metros mas allá. En ese instante el segundo desconocido hizo lo mismo
contra el cabo Cerna, a quien hirió en el abdomen, quien también corrió tras su
asesino disparando seis tiros de pistola, sin éxito, fallecería al día
siguiente. El Carabinero Navarrete siguió al asesino de Riquelme, quien
corriendo en zigzag eludío todos los tiros, escapando por calle Campo de
Marte, Guacolda, línea férrea y bosques siguientes. Todo el Cuartel fue tras su
búsqueda, sin resultados. Semanas después serian hallados los autores, tres
meses antes salían de la cárcel de Collipulli. Serian fusilados tras el proceso
de los cabos. Es la triste historia de
los angolinos primeros mártires de Carabineros.
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