A mediados del siglo pasado la comunidad cristiana, particularmente católica, congregaba a muchas personas del mundo civil en múltiples actividades e instituciones. El terremoto de 1939 dejó con daños irreparables el antiguo Templo “La Matriz” que databa de 1872, por lo cual todos los esfuerzos tras su demolición, fue construir un nuevo templo: “La Inmaculada Concepción”, cuyos planos fueron delineados por el arquitecto Exequiel Fontecilla Larraín y el Ingeniero a cargo de las obras fue José Mascayano, quien puso su primera piedra en 1945. La campaña para recolección de fondos estuvo a cargo del Padre Ambrosio Villa, unidos a los recursos del Fondo de Reconstrucción y Auxilio. Hacia 1946 se terminaron los fondos para concluir la obra gruesa de la Parroquia, solo con la ayuda del antiguo Párroco Francisco Valenzuela, quien dono tres casas de su propiedad, mas colectas vecinas hubo de terminarse el templo inaugurado en 1948.
Por
esta época se fundó la “Acción Católica de Mujeres”, que sesionaban
semanalmente en un número cercano a las 20 socias destacando entre ellas las
señoras Amelia de Galaz, Isidora de Galván, Carmela de Villouta entre otras.
Las socias tomaban parte activa en los actos religiosos de la Parroquia y se hacían cargo de las colectas. Además
fundaron otras Instituciones como la Conferencia San Vicente de Paul en 1943, que se preocupaba por los ancianas desvalidas
y enfermas, siendo en esos años su base
la visita domiciliaria a sus protegidas;
otra institución dependiente fue el
“Centro Cultural Femenino” se fundó en 1945, su impulsora fue Orfelina
S. de Soto, dedicado a la instrucción
religiosa y la enseñanza de la confección de tejidos y bordados, especialmente
en ocasiones como matrimonios, primeras comuniones, entronizaciones, etc.
La
Asociación de Hombres Católicos, por su parte, se reunía semanalmente y tenían
como deberes la adoración, el rezo, la entonación de himnos y el comento de los
Evangelios. Realizaban visitas a la cárcel, el hospital y ancianos desvalidos. Otros Centros Católicos eran: Oficinista
(magisterio y comercio), Parroquial,
Santa Filomena (barrio Villa Alegre), Villa Hermosa, Estudiantes (liceos),
Santa Ana (convento), Enfermeras, Huequén, etc. Todos estos Centros ejercían de
similar manera con misa dominical, comunión pascual, conocimiento de la
religión, acercamiento a los sacramentos, conquista de nuevos aspirantes, etc.
Mención
aparte merece “La Juventud Católica” que se dedicaba principalmente al estudio
de temas teológicos, su Presidente era Salvador Manoli; su rama femenina
funcionaba desde 1923 y su misión principal eran “Las Cruzadas”: adoctrinar a
las niñas en la Primera Comunión en
donde se buscaba preparar cristianamente a las futuras esposas y madres. Su
catecismo se ejercía mayoritariamente en los Barrios: fundaron en 1945 el
“Centro Cultural Coñuñuco” en donde además de catequesis, había primeros
auxilios, bordados, corte y confección.
Como
vemos la Iglesia Católica tenía una fuerte presencia en la vida cotidiana de
los angolinos de antaño mediante “La Acción Católica” que tenía como objetivo la implantación del
reinado de Cristo en las almas, en la familia y en la sociedad.