8 jun 2013

EL CORO QUE SE APAGO PARA SIEMPRE



Que puedo contarles mientras estuve junto a Ustedes… son tantos los instantes en los cuales me sentí feliz por recordarles que la música fue y será parte de Angol, allíen un rinconcito de mi bella ciudad.

Nací un día de diciembre de 1982. Me construyeron con pedestal de piedra por el cual subía trepidante hasta mi cima el mapa de Chile;  en hojas de mármolme escribieron para que jamás se olvidara el XXIV Festival Nacional de Coros de Profesores que se realizó hace ya tantos años. De mi enrejado forjado por alumnos del Liceo Industrial,  soltaban al aire las sonoras notas musicales en honor a ese encuentro, que también fue testigo de la primera interpretación oficial del Himno de Angol compuesto por los profesores Sra. Jossete Darmendrail y su esposo Luis Catilao Riveros.

En verano aparecían los turistas curiosos que me leían y cual postal improvisada, me abrazaban para la fotografía de la posteridad. Por las tardes me llenaba de escolares o de algún chicuelo que saltaba para asomarse y curiosear las finas letras del libro de mi altar. Añosas Araucarias me protegían de la lluvia o el sol, cual marco fantástico iba formando lo que con el pasar de los años se conoció como “la Plaza de Los Coros”….


Mis vecinos fueron Arturo Prat y Pedro de Oña,  que como yo,  ostentaban orgullosos sus verdes prendas inmortales para el recuerdo de sus gestas. De pronto algo comenzó a cambiar. El Barrio se invadió de máquinas excavadoras, tubos, fibra óptica, hombres y grúas para dar paso a un nuevo y extraño visitante. Pero el recién llegado no recordaba acontecimientos o gestas heroicas.  Su imponente figura y luces LED comenzaron a opacarnos poco a poco. Se repiten incansablemente los avisos publicitarios y campañas políticas…  los niños ya no jugaban en nuestros prados, sino que transitaban como autómatas embobados por el destello de la pantalla que parecía robarles el alma… -Al menos aún estamos aquí – me replicaba Prat desde la acera contraria… -ya vendrán tiempos mejores – añadía don Pedro…

Hasta que un día llegaron…. con niveles y GPS, con tránsitos y teodolitos… a trazar los nuevos Puentes sobre El Vergara. – No te preocupes, de seguro te trasladaran junto a las Araucarias a un mejor lugar, no las pueden talar ya que son  Monumento Nacional– me consolaban mis vecinos. – si estas Empresas poseen un plan de manejo patrimonial, tal como se hizo en la Plaza de Armas de Santiago cuando se construyó la línea 5 del metro…

Pero el combo y el cincel no escucharon el clamor de las Plazas vecinas… no escucharon mi clamor… no sabían que “desde la raíz profunda de las araucarias milenarias surge el canto de mil voces de los maestros de la Patria”, no sabían que mi misión era recordarles que la música fue y será parte de Angol…

UN TROZO DE PARIS EN ANGOL



Del rico pasado ferroviario de nuestra ciudad poco va quedando la poco valorada Estación fue demolida hace varios años, y las vías corrieron igual suerte al ser desmontadas y vendidas. Sin embargo, aun es posible soñar y viajar en el tiempo a través de los  puentes ferroviarios, mudos  testigos de una época que se fue.

Uno de los más románticos es el puente que se ubica entre Angol y Deuco. Su fascinante historia comienza cuando durante el gobierno del presidente Pinto se llamo a propuesta por decreto supremo del 5 de septiembre de 1883, para construir la línea férrea entre Angol y Traiguén. La firma que se adjudico la construcción fue Mayers y Hilmann, conformada por los contratistas norteamericanos Esteban Mayers y Carlos Fletcher Hilmann, quienes comienzan su diseño y construcción en 1884 a manos del Ingeniero en Jefe  Victorino Aurelio Lastarria, el mismo que descubrió la Cantera de Deuco con cuya piedra se construyo la albañilería de los puentes de la línea Angol-Traiguén y Roblería-Collipulli, entre ellos el Viaducto de Malleco.


El puente que cruza en 45 metros el rio Rehue, fue diseñado por la fabrica Clarke y Reeves y Cía. de la ciudad de Phoenix, Estados Unidos. Era el puente más moderno de la época, similar a los que se construían en Estados Unidos con vigas del sistema Linville,  con articulaciones empernadas, tirantes y columnas en su base. La Columna de Phoenix, patentada por el estadounidense Samuel Reeves en 1862, era un cilindro hueco compuesto de cuatro, seis u ocho segmentos de hierro forjado clavados juntos. Esta columna era más ligera y liviana que las construidas de hierro solido. 

El Batallón de Zapadores comenzó el terraplén del puente el 18 de febrero de 1887, en tanto el hierro fue enviado desde Phoenix y se armo en Angol, tanto las columnas y articulaciones de hierro pudelado o batido.  Como curiosidad esta Empresa fabricó el hierro pudelado utilizado en la Torre Eiffel construida entre 1887 y 1889,   que es también el mismo hierro  con que fue construido el puente sobre el Rehue camino a Deuco, dos construcciones unidas por la misma fábrica. (Distinto es el falso mito que dice que el Viaducto de Malleco fue construido por Gustavo Eiffel,  quien si participo en la licitación perdiendo ante la firma Schneider et Cie. O Le Creusot quien fabrico el viaducto con acero y en sus talleres de Francia). Es la historia del puente ferroviario N° 1 sobre el rio Rehue, ve a visitarlo, respira la Historia.

EL CALOR DEL LICEO DE ANGOL




Juventud Liceana adelante, en tus labios un himnos de amor… son las palabras que inmortalizan musicalmente al Liceo de Hombres Enrique Ballacey Cottereau, un Establecimiento con una solida Historia que ha sido capaz de sobreponerse con éxito a las vicisitudes del tiempo.
Sus orígenes se remontan al Gobierno del Presidente José Manuel Balmaceda, quien desarrollo un plan de obras públicas a fin de invertir los excedentes del salitre, generar empleo y a su vez cimentar las bases de una Educación Laica y Pluralista, con lo cual se crearon los Liceos Fiscales, entre ellos el Liceo de Angol con el decreto supremo del 19 de diciembre de 1887.
Atendiendo a su ubicación geográfica, podemos dividir su Historia en 4 periodos:

 Fluvial 1887-1904: El Liceo comenzó a funcionar en marzo de 1888 en dependencias del Molino El Globo, a un costado del rio Vergara,  con 35 alumnos, aumentando a  98 en las postrimerías del año, siendo su primer rector don Enrique Ballacey C. quien fallece a dos años de asumir el cargo. El año 1890 el Liceo pasa a ocupar las dependencias del Banco Bunster, terrenos donde actualmente  se ubica la UFRO, siempre con el  rio a su costado. Fue clausurado el año 1891 debido a la Guerra Civil, y reabierto al año siguiente. Destacado profesor en esta época fue Tomas Guevara, historiador y arqueólogo, fundó el primer museo de Angol que funciono en el Liceo. En el año 1896 se inaugura la Escuela de Agricultura anexa al Liceo. En julio de 1904 una gran inundación destruyo las murallas de adobe del Liceo, perdiéndose el Museo y la Biblioteca. Rectores de este periodo son: Manuel del Campo Yávar, Juan Bautista Faundez, Francisco Cuevas.



Céntrico 1905 – 1945: En este periodo el Liceo pasó a funcionar en la esquina de Caupolicán con Bunster, siendo acá donde se fraguan sus principios y se comienza a estructurar un alumnado creciente y consciente.  De este ´periodo destaca el  año 1905,  “El Liceo Foot-Ball Club” que fue el segundo equipo de futbol junto al “Angol F.C. Club”.  Rectores en esta época fueron: Ricardo Muñoz Avalos, Lorenzo Carvacho, que se preocupa de contratar profesores con titulo; Domingo Maturana,Héctor Norero, Froilán Rioseco,  Waldo Retamal, Leocadio Riquelme.El Liceo contaba con el primer ciclo de Humanidades hasta 1915 año en que se amplió hasta completar el 6to humanidades en 1922, 10 años después, contaba con 9 cursos de humanidades y 3 de preparatoria. En este periodo desde el año 22 añ año 45 el Liceo tuvo cursos mixtos, pues se agregaban al 5to y 6to humanidades las alumnas del Liceo de Niñas. Por esa epoca, ya habían pasado por sus aulas angolinos notables como: Manuel Barros, Ministro; Fernando Sepúlveda, General Ejercito; Néstor Larenas Intendente; Joaquín Ortega, periodista; Julio Sepúlveda, gobernador y diputado; Manuel Cortes Ministro Corte Suprema; José L. Osorio, deputado.El terremoto de 1939 deja con serios daño el edificio, por lo cual se inicia la construcción de un nuevo Liceo frente a la Plaza de Armas…



Plaza 1945-1974: Durante esta etapa el Liceo de Hombres se ubica en un moderno edificio  frente a la Plaza de Armas (actual Escuela Nahuelbuta), construido especialmente para que desarrollase a plenitud sus funciones, pues como habíamos señalado, el terremoto de 1939 había dejado inutilizado el anterior ubicado en Caupolicán con Bunster. Fue en esta época donde el Liceo adquiere prestigio destacándose entre los primeros de la región, se afianzaron sus símbolos institucionales y su carácter laico. Los rectores que favorecieron esto son Manuel Manríquez, Enrique Sepúlveda, Horacio Sánchez, Rene Cabrera, Orlando Ramos, y Mario Sánchez, que en 1965, inaugura la enseñanza nocturna, con alumnos mayores de 21 años, quienes tenían su propio gobierno estudiantil, y hasta su propia publicación, la revista “El Nocturno”. Otra revista diurna fue “Rehue” editada por el Centro Cultural del Liceo, que después derivo en la Academia Literaria Pedro de Oña, en el mismo Establecimiento; recordados son también los programas radiales como “Peña 63”. Un hito marco la movilizacion estudiantil en donde alumnos se toman el Liceo, destacandose a nivel nacional por ser la primera toma de un Liceo en la Historia de Chile; todo deriva de la inutilizacion del Liceo Comercial con el terremoto de 1960, los alumnos se derivaron al Liceo de Hombres, con problematicas de convivencia interna y de mala calidad de enseñanza por sobrepoblacion de alumnos; se habia prometido la recosntruccion pero paso el tiempo y nada se avanzaba. Gracias a la toma del Liceo se presiono para la construccion del actual edificio del Liceo Comercial de Angol.  El año 1972 el Liceo pasa a ser mixto, esta vez, de manera definitiva, matriculandose alumnos de ambos sexos. En esta etapa sobresalieron profesores intensamente recordados: Jorge Malig, Mario Sánchez, Blanca Cruzat, Violeta Méndez, Ricardo Fuentes, Ricardo Rozas, Luis Osorio, Oscar Navarrete, Guillermina González, Héctor Pineda, Patricia Garfias, Catalina Quintanilla, Marilú Rioseco, Luis Miller, Gabriel Araya, María Inés Espinace,  entre tantos otros. Estos grandes maestros a su vez formaron de entre los alumnos liceanos,  la nueva generación de profesores que se distinguirá en el siguiente periodo.



Avenida 1975 – 2012: En este periodo, por razones administrativas el Liceo pasa a ubicarse en las dependencias de la Escuela Normal y la Universidad Técnica, que es hoy su actual edificio en la Avenida O’Higgins con Bunster.Algunos profesores emblemáticos de esta época son Juan Francisco González, Eliecer Coñoepan, Edgardo Radonich, Gladys Norambuena, José Iluffi, Arturo Cabezas, Mario Sandoval, Luis Pardo,  Luz María Gaete, Margarita Jara, Roberto Fontecilla, Rodrigo Bustos, Yolanda Ávila, Mónica Fica, entre los más recordados. Los rectores de este periodo son Leonardo Méndez, (con quien pasa a denominarse Liceo Enrique BallaceyCottereau en 1974), Guillermo Pérez y Luis Gallardo quien ejerce en la actualidad. Durante estos años el Liceo ha generado sido parte de importantes trasformaciones, como  las reformas educacionales de Pinochet, Aylwin, Frei, Lagos, Bachelet y Piñera. Algunos proyectos adjudicados son Montegrande en 1995, Innovación Informática en 2006 y Liceo Bicentenario en 2011. Son las breves pinceladas a una historia que lleva 125 años escribiéndose y que augura un luminoso porvenir para las generaciones de Malleco. 


EL ESCUDO DE ANGOL



Los Escudos son tan antiguos como el comienzo de los pueblos y la vida militar. Conocidos desde los  Imperios de Alejandro Magno, Grecia y Roma, se popularizaron durante la Edad Media, y fuertemente en España.
El Reino de Chile como heredero de la tradición española de otorgar Escudos a sus ciudades, comenzó por dotar de ellos a Santiago, La Serena y Concepción. En esa época se otorgaba Escudo de Armas a una ciudad que cumplía con ciertos requisitos, tales como el numero de habitantes y su jurisdicción, la autorización venia del mismo Rey, en decretos también llamados reales cedulas. La Gobernación de Chile, debía hacer llegar a España las peticiones de Escudos para sus ciudades, fue así como en 1552 Jerónimo de Alderete fue comisionado para tramitar en España los Escudos de Imperial, Valdivia y Villarrica, lamentablemente Angol se fundaría un año después, con lo cual quedo pendiente este importante tramite. Posteriormente y debido a la corta duración de la ciudad, recordemos la primera duro un mes, la segunda tres meses,  ni en cuarto Angol que vivio 41 años se intereso en hacer este importante tramite.
Fueron otros hombres, ya en pleno siglo XX quienes se interesaron y promovieron el escudo de Armas de Angol, a sugerencia del Alcalde de la época, Sr. Victor Villouta Sanhueza, quienes encargan el diseño del Escudo de la ciudad a don Vidal Pérez escultor que trabajaba la madera y el cobre. E Escudo fue aprobado el sesión municipal del día 3 de abril de 1952. A continuación reproducimos la descripción de su diseño:
En campo de oro un castillo de oro incendiándose con llamas de gules, en homenaje a la historia heroica de la población. En jefe tres estrellas de ocho rayos de gules, tomados del blasón de don Pedro de Valdivia. Bordura de Sinople, cantonada de plata, cargando en centro-jefe y centro-pluma, un puma de oro, en memoria de los guerreros aborígenes, un haz de oro en cada hunco, en honor a la Agricultura, y un copihue de gules en cada cajón  como emblemas de la Araucanía. Timbre: la Corona mural de oro de las Municipalidades de Chile.
Como curiosidad agregar que el Escudo de Armas de la ciudad fue utilizado para ilustrar las Estampillas de Correo del Cuarto Centenario de Angol, encargadas a la Empresa Nacional de Correos y Telégrafos, su emisión equivalió a 10 millones de pesos de la época, de los cuales se adelantaron 2 millones que  sirvieron para financiar las actividades del Cuarto Centenario en 1953.

16 nov 2012

LA CIUDAD DE LOS PUENTES...


El Puente Vergara N°1, fotografía tomada el 1 de agosto de 1913.


“Yo no he nacido en los oscuros boscajes de corrientes ledas/ sino en un valle con alegres ríos/ surcado de apacibles alamedas” Así describía la geografía angolina nuestro poeta Diego Dublé Urrutia en 1897, una geografía que fue el escenario elegido para refundar por última vez nuestra ciudad. Los ríos que en un primer momento sirvieron de obstáculos naturales ante posibles ataques mapuches de los tiempos de la Ocupación pronto dieron paso a una arquitectura caracterizada por sus muchísimos puentes ya sea ferroviarios, carreteros y peatonales.

Hasta épocas recientes se observaban a lo largo de la Avenida Dilmann Bullock, que fue una alameda con canales de regadío a sus costados, engalanada con innumerables puentes o tajeas de 3 metros de largo, que permitían el acceso a las “Casas Quinta” herencias de los primeros colonos que se instalaron en Angol en el lejano 1868.
Los más románticos, donde se fraguaron o disolvieron tantas historias de amor, eran los pequeños puentes (pontones) del estero Pochochingue, algunos de hermosos diseños que lo atravesaban en las calles Ilabaca, Julio Sepúlveda, Caupolicán, Colipi, Jarpa, Covadonga, Bunster, Pedro Aguirre Cerda, Colima, Vergara, Dieciocho, Puren, hasta su nacimiento en la altura de las calles Traiguen con Valparaíso.
El puente Vergara N°1 se puede afirmar que estuvo marcado por las crecidas del rio,   construido en    1868, 1895 y 1906, por entonces se llamaba Puente Villa Alegre que conducía hacia la actual O Higgins, los angolinos de esa época afirmaban que Angol llegaba hasta el puente, el resto era Villa Alegre... Por esos años la ciudad era la capital del Viejo Oeste chileno, y el puente era utilizado para asaltar y lanzar rio abajo a los solitarios y desprevenidos transeúntes que osaban cruzarlo en medio de la noche, siendo rodeados en ambos extremos por bandidos fronterizos, de allí que se montara una garita con un vigilante que los vecinos más antiguos deben recordar. El Puente actual se construyo en 1936, y fue remodelado para peatones en 1992.
El Vergara N°2 era un gran anhelo que tenían los habitantes de el sector norte, sueño que se concreto con las gestiones del Alcalde la época Sr. Víctor Villouta Sanhueza por allá por la década del 50´. No podemos olvidar el Puente del Rosario, antes llamado “Puente Nuevo” se construyo por primera vez en 1895, de madera por muchos años, solo en 1999 fue modernizado. Otros puentes dignos de destacar son: El Malleco, Huequen, Buenos Aires. Todos con sus propias historias, de amor, de locura y de muerte, pero lo más importante verdaderas vitrinas de nuestra geografía.