Que puedo
contarles mientras estuve junto a Ustedes… son tantos los instantes en los
cuales me sentí feliz por recordarles que la música fue y será parte de Angol,
allíen un rinconcito de mi bella ciudad.
Nací un día de
diciembre de 1982. Me construyeron con pedestal de piedra por el cual subía
trepidante hasta mi cima el mapa de Chile;
en hojas de mármolme escribieron para que jamás se olvidara el XXIV
Festival Nacional de Coros de Profesores que se realizó hace ya tantos años. De
mi enrejado forjado por alumnos del Liceo Industrial, soltaban al aire las sonoras notas musicales
en honor a ese encuentro, que también fue testigo de la primera interpretación
oficial del Himno de Angol compuesto por los profesores
Sra. Jossete Darmendrail y su esposo Luis Catilao Riveros.
En verano
aparecían los turistas curiosos que me leían y cual postal improvisada, me
abrazaban para la fotografía de la posteridad. Por las tardes me llenaba de
escolares o de algún chicuelo que saltaba para asomarse y curiosear las finas
letras del libro de mi altar. Añosas Araucarias me protegían de la lluvia o el
sol, cual marco fantástico iba formando lo que con el pasar de los años se conoció
como “la Plaza de Los Coros”….
Mis vecinos
fueron Arturo Prat y Pedro de Oña, que
como yo, ostentaban orgullosos sus
verdes prendas inmortales para el recuerdo de sus gestas. De pronto algo
comenzó a cambiar. El Barrio se invadió de máquinas excavadoras, tubos, fibra
óptica, hombres y grúas para dar paso a un nuevo y extraño visitante. Pero el
recién llegado no recordaba acontecimientos o gestas heroicas. Su imponente figura y luces LED comenzaron a
opacarnos poco a poco. Se repiten incansablemente los avisos publicitarios y
campañas políticas… los niños ya no
jugaban en nuestros prados, sino que transitaban como autómatas embobados por
el destello de la pantalla que parecía robarles el alma… -Al menos aún estamos aquí – me replicaba Prat desde la acera
contraria… -ya vendrán tiempos mejores –
añadía don Pedro…
Hasta que un día
llegaron…. con niveles y GPS, con tránsitos y teodolitos… a trazar los nuevos
Puentes sobre El Vergara. – No te
preocupes, de seguro te trasladaran junto a las Araucarias a un mejor lugar, no
las pueden talar ya que son Monumento
Nacional– me consolaban mis vecinos. – si
estas Empresas poseen un plan de manejo patrimonial, tal como se hizo en la
Plaza de Armas de Santiago cuando se construyó la línea 5 del metro…
Pero el combo y
el cincel no escucharon el clamor de las Plazas vecinas… no escucharon mi
clamor… no sabían que “desde la raíz
profunda de las araucarias milenarias surge el canto de mil voces de los
maestros de la Patria”, no sabían que mi misión era recordarles que la
música fue y será parte de Angol…
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