Los últimos sucesos
acaecidos en el norte de nuestro país, hace que indudablemente nos veamos
reflejados y revivamos los angustiantes momentos del último gran terremoto que
afecto a la zona central el 27 de febrero de 2010.
Y si de revivir se
trata, queremos en esta crónica revivir el suceso que ha sido catalogado por la
Historia como “El Terremoto de Angol”, acaecido un 19 de abril de 1949. Esa
noche nada parecía perturbar la apacible quietud de la Capital provincial, sin embargo
a las 23:29 horas comienza a percibirse un movimiento que alcanzo los 7.3
grados en la escala de Richter, tuvo una intensidad de 9 grados en la escala
de Mercalli Modificada, 8 grados en Concepción, Temuco y Los Ángeles y 7 grados
en Chillán, Valdivia y Talca. En Lebu también produjo algunos daños a los que
se sumó un tsunami. En Concepción se
sintió el sismo sin provocar daños materiales ni personales.
La prensa
de la época nos recuerda “un terremoto, más corto, pero de mas violencia
superior al de 1939 ha conmovido a la ciudad y el 80% de los edificios ha
sufrido averías considerables. Algunas casas se han derrumbado, otras que han
sufrido averías sumamente serias y muchas que han quedado en estado de
reparación, el techo de todas las casas
cubiertas con tejas ha quedado en mal estado. Entre los edificios de
importancia que más han sufrido esta el de la Compañía Molinera “El Globo” cuya
bodega, ocupada por una enorme cantidad de trigo, se abrió enteramente, dejando
escapar estas semillas, hasta la mitad del patio o corralón del establecimiento
hacia calle Agricultura (Osorio).
Escuelas y Colegios públicos han sufrido daños considerables”. El
terremoto además afecto a las ciudades de Victoria y Traiguén, en esta última,
se cayó un muro de la cárcel dejando sepultado varios internos.
El
Presidente Gabriel González Videla emitió un decreto para atender a los damnificados que
alcanzaron la cifra de 2.065, además de 155 heridos y 35 víctimas fatales. En
dicho decreto se nombro una comisión
para la Provincia de Malleco, compuesta
por el Intendente, el Alcalde, el Comandante del Regimiento Húsares, el
Director de auxilio social del trabajo y el Arquitecto Provincial. Ellos
realizaron un censo con las viviendas damnificadas y las personas afectadas. A
toda la tragedia se le sumo las lluvias que comenzaron los primeros días de
mayo, ya que muchas personas estaban sin techo o a muy mal traer especialmente
en la poblaciones de Guacolda, Huequen y
El Cañón. Otro problema que siguió fueron los escombros, se crearon cuadrillas
de hombres para poder despejar las calles
centrales de la población.
Lo positivo
del Terremoto de Angol, fue el impulso que se dio al Sistema de Poblaciones que
dependía de las Cajas de Previsión que existían en la época. Fue así como un
año después del sismo se levantaban las Poblaciones Bell y Matte, viviendas que
nos acompañan hasta nuestros días.
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