La bocina del Ferrocarril San
Rosando-Angol nos acerca lentamente a la Estación de Ferrocarril, hermoso
edificio de madera con finas terminaciones, en su exterior en pequeña rotonda
una larga fila de carruajes o cabritas esperaban a los viajeros. Enfilando por
calle Estación (Esmeralda) hacia la Avenida Huequén (O’Higgins) y el barrio de
Villa Alegre, donde llama la atención lo limpio de sus calles y la alegría de
sus construcciones, además de las muchas bodegas donde es común ver paisanos,
gañanes y pelotones de soldados embriagándose. Destaca la Fundición de Eduardo
Brown, y la pequeña Plaza Euskara (Bunster), destaca con un hermoso Frontón de
pelota vasca, donde se entretienen los más jóvenes. Mas allá el Molino y el Banco
de José Bunster, y posteriormente el rio Vergara de caudal considerable
adornado por múltiples embarcaciones de vapor que hacían el trayecto Angol a
Nacimiento y Concepción trasportando Harina.
Traspasado el Puente, destacaba tras
una pequeña curva, El Mercado o Recova
que además de servía como matadero, y para fines de siglo XIX reunía a una veintena de carnicerías, y lo que más llamaba la atención era la Fabrica
de Cecinas de Guillermo von Bischoffshausen ofrecía jamones ahumados,
salchichones, choricitos, jabalí, arrollados, costillares, etc.
El Centro de ciudad estaba dominado por el Cuartel
Militar, desde el Puente hasta la Plaza de Armas y enfilando por calle Lautaro
solamente su lado norte estaba poblado por pequeñas residencias, peluquerías, sastrerías.
El comercio más activo se verificaba
desde la Plaza de Armas hacia tres cuadras al norponiente.
La plaza en esa época era un paseo
regular que se hermoseo a fines de siglo, sirviendo mas para las practicas y
maniobras militares del Cuartel que se ubicaba en todo su frente oriente, destacaba la hermosa Avenida norte de la Plaza donde concurría la sociedad en la
tarde-noche. Alrededor de la Plaza se ubicaba: en calle Lautaro el Salón de
Certámenes, oficinas públicas, y cancha
del Liceo de Hombres. En calle Imperial (Bunster) se ubicaba la Casa de Altos
de Francisco Ottone que en su planta baja albergaba muchos comercios, siguiendo
por esa cuadra el depósito de Panadería, Chanchería y Dulcería Francesa, y
luego la Iglesia Parroquial construida en 1872. En Calle Prat edificios
Fiscales y en la esquina con Chorrillos la Cárcel, todo el frontis de esa calle
la ocupaba el Cuartel.
Al llegar a calle Villa-Rica (Aguirre Cerda) llamaba
la atención filas de personas empeñando
pequeñas prendas y objetos de valor en la Agencia del Loro de Casiano Vallejos,
Agencia del Elefante de Transito Ibáñez. Siguiendo la calle se ubicaban la Zapatería
Alemana, el Palitroque Alemán y el Café Gambrinos de Juan Enderli, al lado de
la Administración de Correos. En esa calle esquina Caupolicán estaba el Banco
Valparaíso, y múltiples tiendas que le daban gran auge, al frente la Sastrería
“Ville de Angol”, luego la Tienda y Almacén de Augusto Eickenrodt en calle
Caupolicán, al frente la Botica y Droguería El Águila de Pablo Fuentes; y en su
esquina con calle Imperial (Bunster) el Almacén Vascongado (Local Tía Jenny)
construido en agosto de 1893. En tanto el Hotel Central en Caupolicán con
Cañete (Vergara) se encargaba de recibir a viajeros más pudientes. Al lado
fabrica de sofás y colchones “La moderna” Son los recuerdos del Angol Antiguo.
Iglesia la Matriz 1872 - 1939
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