En estos días en que se anuncian las bajas
temperaturas se añora una antigua
tradición que nos recuerda días más cálidos: Las Fiestas de la Primavera. Nunca imaginó don Valentín Letelier, rector
de la Universidad de Chile en 1907 que, al fundar la Federación de Estudiantes,
iba a establecer una tradición, a partir de 1910, que, durante gran parte del
siglo XX, hizo vibrar, reír y luchar a la juventud, quienes, abrían la puerta a
la estación de las flores con una actividad que se mantendría en el tiempo y se
extendería por Chile con el nombre de Fiesta de la Primavera.
Santiago dio la pauta en 1915. Se sabe de fiestas anteriores, pero a
partir de ese año la costumbre será imitada en todo el país. De pronto la
juventud sin voz y sin actitud, adquiere presencia, fuerza, estilo y espacio, en
nuestra ciudad se comenzó a celebrar a partir de 1920 año en que fue reina la
Srta. Lucinda Fernández Serrano. Las jóvenes de familias acomodadas y
distinguidas de la sociedad salían a buscar su corona con fervor y entusiasmo.
Participaban principalmente los alumnos del Liceo de Hombre, Liceo de Niñas y
las alumnas de la Escuela Normal. Se luchaba y se ganaban votos en
buena lid, eran elecciones apasionadas, donde también se integraban con similar
pasión los adultos. Las principales
actividades eran la Velada Bufa, el Circo Primaveral, Noche de ensueño, Concurso de Variedades, Murgas y Comparsas. En la década del 30, los
habitantes se enmascaraban para las principales actividades.
Todos eran parte de las
comisiones de los votos. Muy recordada es la velada bufa del año 1961 con la
cual se inauguro el Gimnasio Techado; los bailes de honor se efectuaron en las canchas de tenis por
varios años. Se competía en ingenio, buen gusto, alegría y creatividad. Algunas de las reinas de la Primavera mas
recordadas son Gabriela Jarpa Pimentel; Sofía
Parant en la década del 50; Beatriz
Heyerman, Sara Ahuile, Haide Topali, Mariela Sierra, Mónica Jarpa, Carmen Santa María, entre
otras.
En Angol no solo se ungieron
soberanas, también emergieron poetas que lograron fama al obtener el primer
lugar del certamen denominado Canto a la Reina, donde un admirador, debía
ensalzar la belleza de la joven monarca.
Todos escribían poemas elocuentes, plenos de inspiración para la dama
que los oiría. Era un canto a la juventud, también a la vida, al renacer de los
colores en la naturaleza. Recordados son los poemas de un joven Cesar Roa
Villagra. Todo este mundo fantástico finalizo con el Golpe de Estado en 1973,
las restricciones al derecho de reunión, los toques de queda, hacían imposible
seguir con estas celebraciones. Tras la vuelta a la democracia la juventud era
otra, sin tradición ni herencias, hoy queda solo el recuerdo de las primaveras
del olvido.
1 comentario:
Que lindo leer esto y a la vez un tanto triste, ya que el final me dio a conocer comos e perdió una tradición tan bella.
Aún así,he visto desde la distancia que en Angol se ha retomado de una manera diferente pero con el mismo objetivo la tradición de La Reina de la Primavera.
Que deseos de haber estado allá en mi juventud y participado como una competidora, a pesar de mi no ser bella pero si muy talentosa (creo).
EL tema de los poemas de deja triste, no se si intentan recuperar esa parte. Hombre creando olas de alagos hacia una joven hermosa y carismática.
Se que esta publicación ya tiene sus años, pero me alegro mucho el día.
Saludos desde Fort Collins, CO EE.UU ... Angolina de corazón.
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