6 feb 2019

EL PRIMER AVIÓN QUE SURCÓ LOS CIELOS ANGOLINOS.


                                                  DAVID FUENTES SOSA EN 1914

El nacimiento de la aviación debe remontarse a los inicios del siglo XX. En efecto la industria aeronáutica tuvo un intenso  desarrollo,  luego de que los hermanos Wright lograran  elevar un aeroplano con motor, era diciembre de 1903. La loca carrera se desató
entre los norteamericanos Wright y los franceses encabezados por Louis Bleriot quien ganaría fama mundial al cruzar en 1909 el Canal de la Mancha en su Bleriot XI modelo que sería fabricado masivamente, incluso destinado a reforzar las flotas aéreas de francesas y británicas en la primera guerra mundial.

Louis Bleriot, abrió la Escuela francesa de Etampes, la cual desde 1909 ofrecía cursos a civiles y militares. La formación de vuelo se ofreció gratis a los que habían comprado un avión Bleriot: para otros inicialmente costó 2.000 francos, que se redujo a 800 francos en 1912. Un alumno dotado favorecido por el buen tiempo podría obtener su licencia en tan sólo ocho días, aunque para algunos tomó hasta seis semanas. No había avión de control dual en estos primeros días, la formación simplemente consiste en la instrucción básica sobre el uso de los controles seguido de ejercicios  en solitario, avanzando a los vuelos en línea corta y luego a los circuitos. Para obtener una licencia, un piloto tenía que hacer tres vuelos circulares de más de 5 km, aterrizando a 150 m de un punto designado. 

Chile no se mantuvo al margen del desarrollo aeronáutico y envió a la Escuela de Etampes,  varios militares encabezados por el capitán Manuel Avalos. En Francia coincidió con el joven chileno, oriundo de Talcahuano David Fuentes Sosa, quien no dudo en tomar el curso, obteniendo su brevet de piloto aviador en 22 de octubre de 1912. El siguiente paso de Fuentes fue adquirir un Bleriot  XI 2 biplaza Hauteur impulsado por un motor de pistón rotativo Gnome de 60 kw (80) caballos de fuerza). Fue con ese avión con el cual David Fuentes armado y probado en Chile, se dedicó a realizar exhibiciones en varias ciudades y realizó muchos raids. Entre ellos el primer correo aéreo entre Ancud y Puerto Montt, o ser el primer aviador que paso bajo el viaducto del Malleco.

En fin, a lo nuestro, los administradores del Hipódromo de Angol querían comenzar el  torneo del año 1914 con una gran atracción, como era traer a nuestra ciudad al reconocido aviador. Fue asi como el 5 de mayo de 1914, llega procedente de Talcahuano, y  en viaje de reconocimiento a la Estación de Ferrocarril de Angol, David Fuentes Sosa, con la misión de realizar un reconocimiento a la cancha de aterrizaje, que no era otra que la cancha del Hipódromo, ubicada al norte del actual Cementerio Municipal.


Quedaría escrito que un domingo 12 de mayo de 1914, se llevo a cabo el primer raid aéreo del Sur de Chile, el tramo Talcahuano – Angol, saliendo del puerto a las 07:00 de la mañana y llegando a Angol a las 08:10 completando el trayecto en 70 minutos, siguiendo el curso de los ríos Biobío y Vergara a una altura de 1200 metros, David Fuentes hacía su triunfal ingresó a los cielos angolinos, el hábil aviador descendía en la cancha del Hipódromo sin ninguna novedad. El programa tenia contemplado tres “volaciones”, verificándose además que Angol tuvo el privilegio de poner a las primeras mujeres chilenas en el aire. 

                                     SRTA. MARINA CONEJEROS VON BENNEWITZ

En efecto el primer vuelo David Fuentes tuvo como pasajera a Gabriela Figueroa Zapata, hermosa dama de la sociedad angolina en un vuelo de once minutos. Luego un segundo vuelo llevando como pasajera a la Srta. Eloísa Fernández en un vuelo de siete minutos. Posteriormente en un tercer vuelo llevo como pasajera a la Srta. Marina Conejeros Bennewitz  con también siete minutos en el aire. Ante la insistencia del público enfervorizado, presa de un entusiasmo sin par, el Sr, Fuentes efectuó un cuarto vuelo llevando a la Srta. Matilde Soto Bunster. El respetado aviador dejó una impresión de serenidad, valentía y precisión según varios medios locales de la época. Es la bella historia del primer avión que surcó los cielos angolinos y de sus bellas protagonistas, las primeras chilenas en volar un aeroplano.


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