El ilusionismo o magia, es un arte escénico, subjetivo, narrativo y espectáculo de habilidad e ingenio, que consiste en producir
artificialmente efectos en apariencia maravillosos e inexplicables mientras se
desconoce la causa que los produce. Este arte se comenzó a difundir en nuestro
país a partir desde fines del siglo XIX,
y quien se transformaría en el primer mago chileno y sudamericano, fue un angolino: Reginio del
Villar Salas.
Nació en Angol aproximadamente en 1866 y siendo un niño aún, se fue cautivado por un mago de un
Circo Norteamericano, quien le enseño sus primeros trucos. En 1891 regresa a
Angol, ya con un Espectáculo propio, presentandose bajo el seudonimo de Rejinio Muñoz, le llaman “El Ilusionista” o “El hombre
diabólico”. Para 1894, había perfeccionado sus trucos, ese año hizo aparecer
misteriosamente la figura de Arturo Prat sobre un lienzo, dejando asombrados a
los espectadores. Del Villar que se especializaba en mañetismo, nigromancia,
espiritismo, mesmerismo y magia. Comenzó giras por Sudamérica y Europa, pero
siempre regresaba a su tierra natal. En 1896 su espectáculo incluía números
teatrales en francés: Bombir, Ven Hatin, la garraffa misteriose, la mujer que
vuela: elevándose desde el fondo del Teatro. Para el año 1900 ya era un artista
consagrado en Santiago y varios países, su fama crecía, tanto por su hilarante presentación, como por
sus trucos para ese año la ilusión: “El Arca de Noé”, “La mala moscovita”, “El
gabinete misterioso”.
En 1902, en el apogeo de su fama, cambia su nombre
artístico por Reginio del Villar, su verdadero nombre, las gentes le llamaban “El rey de los
milagros modernos”, ese año presentó “la cámara muñozaica” acto de ilusionismo
en donde hacía desaparecer una mujer, y el truco “la mosca de oro”. Ese año
incursiona en la Industria, fundando en Angol la primera fábrica de betún de
calzado, la pasta “The Angolin”, negocio que no prospero. A partir de 1903
comienza a agregar pequeñas Petipiezas: obras teatrales o comedias de un acto.
Se multiplican las giras a lo largo del país, y le llaman “el mañetizador
angolino”, se presenta en innumerables pueblos y villas. En 1910 en Limache la
prensa recordaba: “así como memorias
tristes, los carteles desgarrados nos recuerdan aquellas noches pasadas en el
Teatro-Circo con el Sr. Villar. A veces al pasar por una esquina alcanzo a leer
“Aidita” y el recuerdo de aquella pequeñita pálida me hace sonreír y recordar
la admiración del pueblo con “La mosca de oro” o “El Hada persa”, que asegura
que eso tenía magia negra. En nuestro pueblo acostumbrado a espectáculos
mediocres, la llegada del Sr. Villar hizo furor. Fugaces fueron esas noches y
ahora nos contentamos con la esperanza de que sobre esos viejos carteles se
coloquen otros nuevos anunciando la vuelta del aplaudido artista. La última
noche la Galería se alejo silenciosa sintiendo la ausencia de algo que se
espera ansioso y que tal vez no vuelva jamás.”
Hacía 1915, abandona la magia por la política, radica
en la ciudad de Linares, donde fue regidor y Alcalde, fundador de Bomberos de
esa ciudad. Posteriormente regresa a Angol en 1927 para administrar el Teatro,
por poco más de un año. Regresa a Linares donde fallece en 1930. Es la Historia
del Primer mago chileno, un angolino ilustre y olvidado.
REGINO DEL VILLAR
6 comentarios:
Corregir que no era Muñoz, sino del Villar Salas
Corregido...
hola! que interesante informacion... veré si tengo algo que aportar de este ilusionista
Gracias por el texto, yo soy nieta menor de el. Lamentablemente no quedo ningún recuerdo de su trabajo.
En el museo de Linares hay libros con recortes de diario que muestran lo recorrido y las obras filantrópicas.
Podria enviar fotos de esa seccion del museo por favor. a mi correo historiadeangol@hotmail.com
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